Prudencia y respeto.
Lo que le falta a la señora Matthei para gobernar.
Pablo Monje – Reyes
Hace dos semanas, la derecha
encabezada por la UDI nombró una nueva candidata presidencial, nada más y nada
menos que Evelyn Matthei. Quizás nadie lo esperaba, pero así fue. Una mujer
nombrada por el partido más conservador de la derecha chilena. Con un perfil de
“mujer liberal”, que en algunos temas incomoda a la UDI. Pero que les dio
garantías de que no los tocaría, para no generar escozor en los conservadores y
pérdida de apoyo político y económico para su campaña. Este último punto es clave para lograr un
buen segundo lugar.
El tema de fondo es si Evelyn
Matthei tiene las competencias claves para ser gobernante. Una de las
competencias importantes en política es la prudencia en el accionar de los
gobernantes, que tienen en sus espaldas la responsabilidad de dirigir una
sociedad. Otra es el respeto por el otro
legítimo, con quien debate y contradice. Evaluemos la prudencia y el respeto
que tiene por el otro de la señora Matthei.
Es bien conocido por todos y
todas quienes nos preocupamos del debate público, la suma de desaciertos y
exabruptos lingüísticos que ha tenido la señora Matthei. Propios de una persona
que no controla su carácter, su agresividad se le sale por los poros. Demuestra
que es heredera de la concepción autoritaria del poder, en donde ve al otro
sujeto político como un enemigo que hay que denigrar. Concepción propia de las
lógicas dictatoriales, en donde una estrategia de aniquilamiento del enemigo es
denigrar al otro, en su condición más básica de persona. Una forma de hacerlo
es insultando y despreciándolo. Este comportamiento es de una ética política
muy conservadora y de inquilinaje, en donde todos y todas son inferiores a mí,
y por tanto los puedo insultar. Estas acciones han sido públicas y tratadas
como anécdotas de un líder político. Creo que esto es muy delicado para la convivencia en un sistema
democrático, en donde el intercambio de opiniones y las diferencias políticas
deben ser respetadas.
La prudencia es la condición que
no cumple la señora Matthei. Sus exabruptos continuarán, aunque la UDI intente
por todos y con todos los medios decir que es una mujer con carácter, y que eso
es una fortaleza para gobernar. La señora Matthei no es prudente. Con su
carácter y sus conductas violentas y agresivas, divide, instala enemigos en el
debate político, y desprecia al otro legítimo. Eso no es carácter, no es prudencia,
ni menos una fortaleza para gobernar los destinos de nuestro país, como lo
intenta instalar la UDI popular.
Cullipeumo, invierno 2013
Publicado en el Diario Electrónico El Dinamo 05/08/2013
Publicado en el Diario Electrónico El Dinamo 05/08/2013
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