martes, 6 de agosto de 2013


Prudencia y respeto. Lo que le falta a la señora Matthei para gobernar.

Pablo Monje – Reyes

Hace dos semanas, la derecha encabezada por la UDI nombró una nueva candidata presidencial, nada más y nada menos que Evelyn Matthei. Quizás nadie lo esperaba, pero así fue. Una mujer nombrada por el partido más conservador de la derecha chilena. Con un perfil de “mujer liberal”, que en algunos temas incomoda a la UDI. Pero que les dio garantías de que no los tocaría, para no generar escozor en los conservadores y pérdida de apoyo político y económico para su campaña.  Este último punto es clave para lograr un buen segundo lugar.

El tema de fondo es si Evelyn Matthei tiene las competencias claves para ser gobernante. Una de las competencias importantes en política es la prudencia en el accionar de los gobernantes, que tienen en sus espaldas la responsabilidad de dirigir una sociedad.  Otra es el respeto por el otro legítimo, con quien debate y contradice. Evaluemos la prudencia y el respeto que tiene por el otro de la señora Matthei.

Es bien conocido por todos y todas quienes nos preocupamos del debate público, la suma de desaciertos y exabruptos lingüísticos que ha tenido la señora Matthei. Propios de una persona que no controla su carácter, su agresividad se le sale por los poros. Demuestra que es heredera de la concepción autoritaria del poder, en donde ve al otro sujeto político como un enemigo que hay que denigrar. Concepción propia de las lógicas dictatoriales, en donde una estrategia de aniquilamiento del enemigo es denigrar al otro, en su condición más básica de persona. Una forma de hacerlo es insultando y despreciándolo. Este comportamiento es de una ética política muy conservadora y de inquilinaje, en donde todos y todas son inferiores a mí, y por tanto los puedo insultar. Estas acciones han sido públicas y tratadas como anécdotas de un líder político. Creo que esto es  muy delicado para la convivencia en un sistema democrático, en donde el intercambio de opiniones y las diferencias políticas deben ser respetadas.

La prudencia es la condición que no cumple la señora Matthei. Sus exabruptos continuarán, aunque la UDI intente por todos y con todos los medios decir que es una mujer con carácter, y que eso es una fortaleza para gobernar. La señora Matthei no es prudente. Con su carácter y sus conductas violentas y agresivas, divide, instala enemigos en el debate político, y desprecia al otro legítimo. Eso no es carácter, no es prudencia, ni menos una fortaleza para gobernar los destinos de nuestro país, como lo intenta instalar la UDI popular.

 
Cullipeumo, invierno 2013

Publicado en el Diario Electrónico El Dinamo 05/08/2013

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