lunes, 2 de junio de 2014

La derecha en su laberinto

La derecha está haciendo esfuerzos por defender su espacio político en la sociedad chilena. Este espacio se ha ido transformando en un laberinto tortuoso. Las razones son varias, entre ellas una derrota electoral sin precedentes. La derecha fue derrotada en las elecciones municipales, primarias presidenciales, presidenciales y parlamentarias. Todas estas derrotas ocurrieron en pleno desarrollo de su gobierno, dato muy importante a considerar. Desde la perspectiva del uso del Parlamento como contrapeso institucional, dejaron de ser una fuerza opositora y conservadora de peso, particularmente en la Cámara de Diputados.

Por el otro lado, la Nueva Mayoría ganó todas las elecciones mencionadas. Como nunca, tiene un apoyo ciudadano y validación programática que descoloca a la derecha. Por ello, reaccionan ante las propuestas legislativas del Gobierno en forma virulenta, sólo con el afán de oponerse para conservar el modelo creado por ellos en la dictadura militar. Siguen siendo lo mismo, pero con rostros un poco más jóvenes, más fundamentalistas, más “ultrones”. Los jóvenes dirigentes de derecha no han logrado entender el cambio de la sociedad chilena. Por el contrario, frente a este cambio sociopolítico se presentan como miopes y mediocres.

Son miopes, porque creen que la democracia no puede ni debe evolucionar a expresiones de mayor participación activa de la sociedad. Defienden una democracia delegativa, que restringe la participación del sujeto activo de la democracia, que es el pueblo movilizado. Eso claramente les pasó la cuenta en las elecciones. Por lo tanto, ellos mismos construyen las paredes de su laberinto. No dan el paso a buscar el entendimiento con la sociedad activa, que quiere un nuevo pacto social para el Chile del siglo XXI. Incluso, son miopes para defender sus propios intereses y privilegios de clase. Creen que la estrategia de conservación del modelo es suficiente para legitimarse, social y culturalmente, ante los chilenos y chilenas.

Son mediocres, porque creen que sólo basta con utilizar los medios de comunicación y su figuración pública, para convencer a la sociedad chilena que el gobierno lo está haciendo mal. Para oponerse a las reformas, utilizan argumentos de los tiempos de las cavernas. Diputados y Senadores de derecha argumentan sobre credenciales democráticas, cuando su formación y práctica política se la deben a una de las dictaduras más cruentas de la historia mundial. Suponen que el pueblo de Chile no tiene memoria. De la misma manera, intentan colocar en el centro de la discusión argumentos de defensa de la clase media. Cuando el 90% de la población en Chile vive sobre endeudada y esquilmada por un modelo de mercado, que a estas alturas del partido sólo ha traído frustraciones a las personas, como lo dice gran parte de los Informes de Desarrollo Humano. En cuanto a temas valóricos, piensan que las mujeres son sólo instrumentos para la reproducción de la especie humana, y no sujetos sociales con derechos políticos sobre sus cuerpos.

Siendo miope y mediocre, la derecha ha entrado al debate ideológico pensando que, leyendo a Gramsci, va a poder decodificar las acciones políticas del Gobierno de la Nueva Mayoría. Otra pared para su laberinto. Para entender a Gramsci no se puede ser miope y mediocre. Requiere conectarse con la realidad social, económica, cultural y política. Para la derecha resulta extremadamente complejo entender que Chile quiere un nuevo pacto social. Que el modelo de dominación neoliberal está desacreditado en la sociedad chilena, y que no tiene ya sustento cultural y político. Este es finalmente su laberinto.

6 comentarios:

  1. Buen análisis. La derecha bracea desesperada porque en un escenario como el de hoy, ya no tiene mucho que ofrecer, salvo desacreditar y atacar a quienes están en el gobierno. Los más astutos tratarán de influir, manipular y llegar a acuerdos con los sectores más conservadores de la ex-concertación. Pero lo que no pueden manejar, ni saben cómo hacerlo dentro de un sistema democrático, es la efervescencia y la fuerza de los movimientos sociales que nada tienen que ver con los partidos políticos ni con la institucionalidad imperante. La primavera de Chile empezó el 2011 y llegó para quedarse.

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  2. Cuando llegué a Chile con mi familia, nos dimos cuenta que en Uruguay no existía una verdadera derecha como suponíamos, y sin lugar a dudas, vimos que en Chile, no hay izquierda prácticamente.
    La llamada derecha (popular y RN) chilensis sería una derecha reaccionaria, diferenciándola de la derecha conservadora, siempre más liberal y democrática. (Mujica habla en general de ello en una excelente entrevista reciente http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-8/capitulo-12-entrevista-jos-mjica_2014051600360.html ). Este último papel de derecha más liberal o de centro, nos dimos cuenta mi familia y yo, en Chile lo cumple la Concertación, hoy llamada la Nueva mayoría. La DC chilena es sin lugar a dudas un partido netamente conservador, seguido por el resto de la NM un poco más al centro izquierda liberal y un poco más alejados el PC chileno, al que veo muy cómodo en un papel como al PSOE, como un partido de centro izquierda, no marxista, que se acomoda a los tiempos capitalistas en muchos aspectos, y a una monarquía española, mientras el PC chileno se acomodó a la oligarquía, incluso abandonando la lucha sindical a casi cero.
    Lo que se llama izquierda, realmente, en el parlamento chileno estaría subrepresentado, posiblemente con algún representante independiente. Chile está dividido entre dos conglomerados de centro y de derecha, y la gente vota en su mayoría por ellos, no por la izquierda, porque los chilenos son conservadores y le temen a los cambios reales.
    Es claro que el chileno burgués liberal y con intereses sociales, en este panorama local reaccionario, se ve y cree de izquierda. Quizás lo sea, pero pegado al centro y cuidando sus intereses.

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  3. Te felicito primero por usar palabras simples y fáciles de entender. Segundo por usar las palabras exactas y precisas para describir a la derecha chilena: miope y medicre. Porque siguen sin ver los que todo Chile pide a gritos. En todo caso ojala sigan así por que tendrán menos posibilidades de ser gobierno nuevamente. Dejadlos que sigan en su laberinto en beneficio del resto de los chilenos. Saludos.

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  4. No quiero profundizar en el análisis, solo unas 3 cositas.
    1.- Creo que la NM a ocupado espacios que correspondían a la derecha, lo cual obviamente genera contradicciones al interior.
    2.- La derecha hoy puede darse el lujo de dividirse en varios, el gran empresariado no necesita de una derecha fuerte en estos momentos, la NM les asegura la estabilidad para la continuación del modelo neoliberal.
    3.- El imperialismo norteamericano apuesta a través de la NM a una re-adecuación del Modelo neoliberal (no al fin de éste modelo), no necesita a la derecha en estos momentos, lo que hace aflorar sus propias contradicciones.

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  5. Derecha chilena se mantiene pegada en el pasado, hay demandas urgentes como la igualdad y la justicia social y económica que son intransables. Y por supuesto la justicia de género.

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  6. Si la derecha está en su laberinto, pues la NM se está metiendo de a poco en ella también. No entiendo mucho en qué punto ambos grupos se diferencian, tal vez en el discurso. Unos hablan de DDHH y siguen repitendo la única muestra de que eran iguales al pueblo,y hoy en día reprimen mapuches o hacen vista gorda, o dan tribuna a los Luchsinger, y mas encima Eyzaguirre torpemente dice que debemos sacarle los patines a la educacion particular subvencionada ( nivelar para abajo) y la derecha sigue tozudamente con las mismas practicas,( en eso estamos de acuerdo). Lo más sorprendente es cuando dice la derecha: responden a los gritos de las marchas, a presiones de la población: no es acaso eso lo que deben hacer, acaso no son representantes y deben hacer lo que el pueblo dice que deben hacer? Todo en la política es una contradicción, en ambos bandos, discursos vs hechos. Creo tristemente que ni con la NM habrán cambios, hablar, hablar para no decir nada y no hacer nada.
    Me gustan tus análisis.

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