La derrota de la Derecha en Chile
Pablo Monje-Reyes
Durante los últimos días hemos sido testigos de la
peor crisis de la derecha política. Están perdiendo el poder. Acusaciones
cruzadas entre los partidos UDI y RN, señalando quienes son los responsables de este fracaso
político. Un Presidente de la República
que no les ayuda en nada. Es más, que profundiza la crisis con sus desaciertos
comunicacionales. Una candidata que, según las encuestas que miden la intención
de voto, simplemente tiene más rechazo que apoyo ciudadano. Como si todo esto fuera poco, los sectores
económicos conservadores no ayudan con sus declaraciones. Basta recordar las
palabras de un mega-empresario diciendo que “este gobierno nos debe bendecir
más que criticar, porque somos los que generamos crecimiento”.
En este contexto, la derecha chilena está herida.
Su gobierno y proyecto político está siendo rechazado abiertamente por la gran
mayoría de los y las chilenas. ¿Por qué es rechazado? La primera razón
fundamental es que su gobierno ha sido de muy mala calidad. Obstinados en la
idea de hacer eficiente al Estado, como si este fuese una tienda de retail, tomaron
medidas que perjudicaron a hombres y mujeres humildes del país. Creyeron que
hacer eficiencia con los recursos públicos se conseguía quitándole beneficios a
los pobres de este país. Este hecho colocó en el centro de la conciencia de las
personas, que este no era un gobierno que los defendiera y los protegiera. El
gobierno fue incapaz de conectarse con la sensibilidad social necesaria para
gobernar. Simplemente, no conocen la pobreza actual del Chile postergado.
La segunda razón es la prepotencia política del
Presidente de la República, desde el inicio de su gobierno. Gobernaremos con
los y las “mejores”, será un gobierno 24/7, repetía hasta el cansancio. Con
estos slogans iniciaron una persecución política al interior de la
administración pública. Despidieron a profesionales y funcionarios,
declarándolos una “grasa” para el Estado. Instalaron nuevos profesionales, que
con suerte sabían llegar a Morandé con Moneda, y que al pasar pocos meses
manifestaban que sus sueldos eran “reguleques”.
La vocación pública, en la mayoría de ellos, pasaba por dar aportes de
caridad a las fundaciones de los “legionarios de cristo” o del “opus dei”. Esto
trajo consigo que las decisiones tomadas por estos “nuevos gerentes públicos”
hayan sido erradas. Casos abundan: cambio de ficha CAS; cambios en la política
de subsidios; y violencia laboral con los funcionarios de carrera en los
servicios públicos. En síntesis, arrogancia que era válida desde el Presidente
de la República, de arriba hacia abajo.
La tercera razón, vinculada a la anterior pero de
una perspectiva distinta, es el tratamiento del gobierno de los conflictos
sociales y políticos. La movilización social de los estudiantes,
ambientalistas, la CUT y los trabajadores, los movimientos de regiones entre
otros, no dejaron indiferente a nadie a nivel nacional e internacional. El
Gobierno respondió con el uso de la fuerza, la represión. Fue incapaz de lograr
salidas a estas movilizaciones. Su única perspectiva era la derrota de la
movilización, ya fuera por represión o por desgaste. Esto sigue hasta el día de
hoy con las movilizaciones de los estudiantes, de los funcionarios del Registro
Civil, de los trabajadores municipales y todos los trabajadores del sector
público. Por tanto, incapacidad de gobernar finalmente.
La cuarta razón articulada con la anterior, es la
deslegitimación del sistema económico social dominante en Chile actual. En estos
últimos cuatro años, el modelo neoliberal ha estado muy cuestionado.
Intelectuales titulan el fin del modelo, y otros escriben propuestas de modelos
alternativos. Las personas entienden, por sus resultados, que no es un modelo
de sociedad que los beneficia. Por el contrario, es un modelo que los abusa y
los explota. Que han perdido sus derechos. Las movilizaciones estudiantiles
fueron capaces de poner en el debate y en la conciencia de las personas comunes
y corrientes, la necesidad de luchar por derechos, como es el derecho a la
educación gratuita y de calidad. Tema que hoy todas las propuestas políticas abordan,
y que sólo la derecha niega.
En términos globales, la derecha sale del poder por
su incapacidad de hacer una lectura de la realidad social y política del país.
No tuvo una mirada estratégica. Sólo entregó soberbia de clase y
autocomplacencia, que se expresa claramente en la candidatura presidencial de
su abanderada.
Por último, queda una pregunta, ¿será posible
derrotar no solo en las urnas a la derecha, sino también en el campo simbólico
– político? La derecha política en Chile puede desaparecer en el mediano plazo.
Todo depende de los que hoy son oposición y desde marzo de 2014 serán gobierno.
Si son capaces de hacer las transformaciones que la sociedad chilena necesita
para una nueva democracia, profunda y realizadora de los anhelos del pueblo de
Chile. Si esto se logra, el proyecto político de la derecha puede extinguirse.
Cullipeumo, primavera 2013.-
Dependiendo de como sea el segundo período de Bachelet, pasarán varias décadas más antes que retomen el poder, o por el contrario, (que es lo más seguro, y espero equivocarme), lo retomarán por un largo período en el 2018
ResponderEliminarCuales son los beneficios que se le quitaron a los mas pobres ????
ResponderEliminarSer capaces de dar curso a los procesos de trasformación con la gente significa equilibrar expectativas , en un escenario que vislumbra ser de agitación, lo cual de por si no es malo; ese escenario de mayor politización es el que debe generar grados crecientes de mayor compromiso y participación ciudadana.
ResponderEliminarEl escenario de la derecha en descomposición tiene como fondo los "poderes" que la sustentan, a saber económico, militar, comunicacional, e instituciones varias; no debemos dejar pasar que los altos grados de abstención que pueden ser leídos en claves valoricas del modelo: individualismo extremo, carencia de hábitos ciudadanos reemplazados por pautas de consumo, exitismo a cualquier precio, ese es un terreno a socavar para dar sustento a procesos de trasformación; de no ser así sera pasto de cultivo para los proyectos políticos derechistas , hoy en retroceso.