Una mirada histórica de la Gestión Social en Chile.
Pablo Monje – Reyes
La gestión social en
este ensayo se entenderá como proceso
gerencial dialógico en que la autoridad decisoria es compartida entre los
participantes de las acciones para cuales se han concertado. La gestión social
se caracteriza porque cada persona tiene el derecho a hablar y actuar en
conciencia sin ningún tipo de coacción política ni burocrática. Este trabajo
hace una mirada histórica de cómo la gestión social ha sido un instrumento
político relevante en la sociedad chilena en los últimos 40 años. La gestión
social de base siempre ha sido una práctica de resistencia de carácter popular
como lo fue en la dictadura. En tiempos de democracia ha sido mirada con desconfianza
e inclusive resistida por los gobiernos de turno. Muchas veces implementada con
fines de legitimación de políticas públicas pensadas de arriba hacia abajo. Los
invito al análisis.
Las reformas
estructurales que llevó a cabo la dictadura cívico militar, despojó al Estado
de su capacidad de intervención social abierta. Las reformas, independientes
entre sí pero interconectadas ideológicamente, permitieron la creación de un
Estado neoliberal. Sus principales características son ser un actor pasivo en
las relaciones sociales. Sus formas de intervención son por medio del subsidio
a la demanda en términos de políticas sociales y desde la perspectiva de la
gestión social, solo le interesa si racionaliza las demandas de prestaciones y
subsidios del Estado.
La gestión social en el
periodo que abarca la dictadura cívico militar chilena, fue implementada por
actores políticos (partidos políticos de oposición), sociales (Iglesia Católica
y ONG’s) y comunitarios (organizaciones sociales de base), como práctica de
resistencia contra la dictadura y de sensibilización para la población de la
necesidad de retornar a la democracia. La gestión social fue un pivote clave en
la estrategia de derrocamiento de la dictadura cívica militar chilena. Cabe
recordar algunas acciones: ollas comunes y comedores sociales; comprando juntos;
tomas de terreno y autoconstrucción de viviendas sociales; recuperación y
distribución de alimentos en sectores populares; educación cívica y de derechos
humanos, entre otras.
En el periodo del
retorno a la democracia y los gobiernos de los partidos que fueron oposición a
la dictadura, se dio continuidad y legitimación democrática al modelo
neoliberal. Se desmovilizó a los actores sociales, se desestructuraron, por lo
hechos o por voluntad política, los actores institucionales y sociales que
desarrollaron la gestión social como practica de resistencia en los sectores
populares durante la dictadura. Los debilitaron por voluntad y cambio de eje
político, terminando el financiamiento solidario internacional y la cooptación
de los profesionales y técnicos, para cumplir funciones ejecutivas en el
gobierno.
La gestión social en el
periodo de los gobiernos democráticos encabezados por la concertación, fue
implementada como un modelo de co gestión social de las políticas públicas
diseñadas centralmente. Como una forma de acercar los subsidios del Estado a
los sectores de la población más carenciados. También, como una forma de dar
legitimidad social a las empresas privadas. Por último, como prácticas de
ciudadanía, gestión municipal y gestión local, fueron las que más se acercaron
a dinamizar el concepto y prácticas de gestión social en este periodo.
Para terminar, la
paradoja que muestra este pequeño ensayo es que, en realidad, la Gestión Social
puesta en práctica en el periodo de la dictadura cívica militar fue más
profunda y logró cambio socio políticos importantes, siendo un factor
determinante en la lucha contra la dictadura y en la democratización del
sistema político. Por el contrario, desde el retorno de la democracia, los que
se opusieron a la dictadura la han mirado con sospecha política. Solo se ha
podido articular como una mediadora de políticas, que buscan fortalecer el rol
del mercado de las políticas sociales, elaboradas en cada uno de los gobiernos
de la concertación.
Cullipeumo, otoño
2013.-
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